España incrementa su cuota de mercado de vino en Vietnam hasta el 2,46%
En las últimas semanas hemos acompañado a dos bodegas españolas en sus primeros pasos en Vietnam: Bodegas Grandes Vinos y Bodegas Peñafiel. Durante 3 días hemos preparado una agenda de reuniones en detalle, con importadores vietnamitas, y les hemos orientado sobre el mercado, la cultura local y la forma de hacer negocios.
En estos días, además, hemos coincidido con la actividad de promoción del vino de Castilla La Mancha, impulsada por IPEX, y con la exposición profesional del vinos de California (EEUU), que cada vez despiertan más interés en el mercado aunque de manera incipiente.
Actualmente, el vino importado es un 80% del mercado en Vietnam (el 20% es vino «local», propio de Vietnam, o embotellado en Vietnam desde vino a granel importado). El 65% es vino tinto, el 25% blanco y el 10% restante se lo lleva el espumoso.
Por nacionalidades, Chile es el líder de mercado con un 25% de la cuota, aprovechando su gran labor comercial con uno de los tratados de libre comercio bilateral más antiguos; en segundo lugar está el francés con 19%, seguido por el australiano con un 7%, estando Italia muy cerca (fuente IWSR).
El mercado del vino en Vietnam cerró 2023 con una facturación de 229,20 millones de USD, y se espera que en la próxima década crezca de media un 10,93% anual en valor, hasta una estimación de 692,27 millones de USD en 2030. En cantidad, el crecimiento será algo menor ya que se prevé pasar de 16,4 millones de litros (2023) a 24, 15 millones en 2030, teniendo un crecimiento medio anual de 6,29%. Sea como fuere, estos valores colocan a Vietnam como el mercado más atractivo para el vino en el sudeste asiático, y uno de los más importantes en Asia.
La clase media en Vietnam pasará de 15 millones (2023) a 36 millones de personas en 2030
El incremento de la renta disponible de los hogares, así como de los ingresos y renta per capita esperados en Vietnam en la próxima década, serán los factores fundamentales y el motor para estos crecimientos previstos, dotando al vino de una importancia que, poco a poco, ha ido logrando en el país.
El vino, a pesar de no ser un producto intrínsecamente local, está adoptado en la cultura de Vietnam por la influencia francesa que se remonta al siglo pasado, y que, como en los productos de panadería, bollería, paté y otros, ha calado en la sociedad vietnamita.
Si bien es cierto que las autoridades, en los últimos 2 años, están tomando medidas restrictivas para el consumo masivo de alcohol (prohibición de publicidad, tolerancia cero en los controles de alcoholemia, etc), las experiencias de países cercanos, como China, ya la propia experiencia de países maduros en Europa o Asia, demuestran que su impacto negativo tiende a estar limitado en el tiempo. Más bien, este tipo de normativa lo que hace es sanear el sector y normaliza el consumo responsable y dentro de los propios usos y costumbres del país.
En la actualidad el consumo de vino es esencialmente en el canal HORECA (restaurantes, hoteles…), siendo muy limitado en consumo en hogares, aunque creciente. El vino se relaciona con el networking, relaciones de negocios, imagen social, y cierto elitismo. Sin duda, esto seguirá siendo así, pero cada vez más encontraremos un consumo relacionado con la socialización y amigos en los hogares o entornos privados, y una normalización según lo entendemos en los países europeos, especialmente del sur.
La festividad del Tet o Año Nuevo (enero/febrero) concentra el 70% de las ventas de vino en Vietnam
Además del canal HORECA, el mayor canal de venta de vino es sin duda el de regalo, principalmente concentrado en Teo, que se celebra cada año a finales de enero y febrero, coincidiendo con el año nuevo lunar, o año nuevo «chino». Las compras para este período se suelen hacer durante el verano anterior o justo en los meses de septiembre u octubre como muy tarde. Este canal es esencial, y muestra el poder del vino para «dar cara» y como regalo efectivo si se quiere otorgar un carácter elitista o de lujo.
En datos de 2020, el 88% del vino tuvo un precio medio de venta al público de menos de 10 USD. Mientras que el vino español más demandado y con más venta se situó en la horquilla de los 30-50 USD (fuente ICEX). El vino español, en términos cualitativos, se percibe en el mercado como vino «europeo no francés», pero se está abriendo paso rápidamente como vino de alta calidad a precio razonable. Aún hoy exige grandes esfuerzos educar al profesional y al consumidor en las diferencias entre el vino chileno y el español, por las evidentes similitudes en el idioma y el etiquetado, por tanto. Pero el mayor reto sigue siendo el que se decidan a probarlo, y a compararlo con los pares italianos, chilenos o franceses, para contrastar la ventaja habitual que tiene el vino español en esa competencia.
El posicionamiento de nuestro vino está siendo adecuado, aspirando a conservar una imagen de precio elevado pero con gran relación calidad-precio. En este sentido, comparando con el caso chino donde España se posicionó desde el principio como vino barato, la oportunidad de desarrollo de negocio es mejor. Las bodegas españolas se están abriendo camino con vino de importe bajo, pero en una gran proporción, con vinos de calidad, de 30 USD o más, y explotando el canal regalo de forma apropiada.
No obstante, aún el camino es largo. No se está invirtiendo en acciones de promoción activas, salvo honrosas excepciones como Castilla La Mancha, y el esfuerzo de imagen de marca queda totalmente diluido al no existir un plan sólido que lo respalde. En CASICO, como representantes de FENAVIN en el sudeste asiático, estamos convencidos del potencial de Vietnam como mercado, a pesar de sus retos; y creemos que denominaciones de origen de primera línea como Rioja o Ribera, deberían dar un impulso en esta parte del mundo.
CASICO continúa ayudando a las bodegas españolas que ven el potencial de Vietnam, y estamos encantados de continuar con la labor de promoción de la gastronomía y bebida españoles en beneficio de nuestras empresas.